La mañana del pasado 29 de agosto era la fecha escogida por la NASA para llevar a cabo el esperado lanzamiento de la primera misión de su programa Artemis.
Con él, la popular agencia espacial estadounidense busca volver a llevar personas hasta la Luna luego de más de cincuenta años: estamos hablando de la misión Artemis 1.
Sin embargo, a poco de iniciar la cuenta atrás (que iniciaba 40 minutos antes del despegue) los ingenieros de la misión decidieron abortar la operación debido a una serie de factores que podían poner en riesgo la misma. ¿Qué fue exactamente lo que pasó?. Te lo explicamos.
Postergan lanzamiento de la misión Artemis 1 por fallo en uno de sus motores
La misión tenía previsto llevar a cabo el primer despegue del enorme y poderoso cohete SLS (Space Launch System o en español, Sistema de Lanzamiento Espacial), un lanzador que solo es comparable en tamaño y potencia al legendario Saturno V que se utilizó en las misiones Apolo durante las décadas de 1960 y 1970 para llevar a los primeros seres humanos hasta la superficie de la Luna.
Pero aunque el SLS es un cohete moderno, no se puede considerar un lanzador de última generación, ya que en realidad utiliza tecnología “recicladas” de los transbordadores espaciales que dejaron de estar en servicio en 2011, hace más de 10 años.
Por lo tanto, técnicamente el SLS es un transbordador espacial más grande y potente que su antecesor.
Precisamente el fallo que provocó la postergación de la misión Artemis 1 estuvo relacionado a uno de sus motores, el cual, según información de NASA, presentaba una fuga y un fallo en su sistema de enfriamiento (protección térmica).
Sin duda dos “pequeños detalles” que despertaron las alarmas de los ingenieros detrás de la misión, pues de no haber cancelado la misión, esto podría haber provocado la explosión del lanzador en pleno vuelo, y con ello una posible pérdida de la nave Orion que a pesar de no ir tripulada, su desarrollo no es tan rápido ni barato.
¿Cuáles son los objetivos de la misión Artemis 1?
En esencia es solo uno, probar el cohete SLS y la nave Orion, para ello tendrán que despegar exitosamente, llegar hasta la órbita de la Luna (ojo, no habrá aterrizaje) y volver a salvo para amerizar en el océano Pacífico.
Si todo esto transcurre tal como se tiene previsto, quedará claro que la nave Orion está apta para transportar astronautas de manera segura, y que el lanzador SLS puede despegar con seguridad llevando una nave tripulada.
Recién podremos cantar victoria en octubre, mes en el que la nave volverá a nuestro planeta, siempre y cuando despegue en el transcurso de esta semana.
¿Cuál sería el segundo paso? Pues si esta misión fue es tripulación, Artemis 2 llevará astronautas hasta la órbita de la Luna, y ello debería ocurrir en el año 2024. Pero no nos adelantemos, por ahora solo queda estar pendientes al despegue exitoso de la misión Artemis 1.
El programa Apolo: los pioneros y fuente de inspiración
En 1969, la NASA logró uno de los mayores hitos en la historia de la exploración espacial con la misión del Apolo 11, que llevó al primer ser humano a pisar la Luna.
Desde entonces, el programa Apolo ha sido una referencia clave en la exploración espacial y ha sentado las bases para futuras misiones tripuladas a la Luna.
El programa Apolo fue un esfuerzo a gran escala que involucró a miles de personas y fue una de las mayores inversiones gubernamentales en la historia de Estados Unidos.
Sin embargo, sus logros no se limitaron solo a la llegada del hombre a la Luna. También fue una oportunidad para la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Por ejemplo, la tecnología utilizada en los trajes espaciales y los sistemas de soporte vital desarrollados para el programa Apolo han sido fundamentales para el desarrollo de misiones espaciales posteriores.
También se hicieron avances significativos en la navegación y la comunicación espacial, lo que ha permitido una mayor precisión en las misiones espaciales y ha mejorado la seguridad de los astronautas.
Pero la importancia del programa Apolo no se limita solo al ámbito tecnológico. La exploración espacial ha sido una fuente de inspiración y motivación para muchas personas en todo el mundo.
Las misiones Apolo han demostrado que la humanidad es capaz de lograr cosas increíbles cuando trabajamos juntos y ponemos nuestros recursos y habilidades a disposición de un objetivo común.
Hoy en día, la NASA tiene planes ambiciosos para futuras misiones tripuladas a la Luna.
Con la tecnología y los conocimientos adquiridos en el programa Apolo, la NASA espera establecer una presencia sostenible en la Luna y utilizarla como base para futuras misiones a otros planetas.
Conclusión
La postergación del lanzamiento de la misión Artemis 1 de la NASA debido a un fallo en uno de sus motores es un recordatorio de que la exploración espacial es un esfuerzo difícil y arriesgado que requiere una gran cantidad de recursos y cuidado en su planificación y ejecución.
La misión Artemis 1 tiene como objetivo probar el cohete SLS y la nave Orion para futuras misiones tripuladas a la Luna.
Además, se destaca la importancia del programa Apolo como fuente de inspiración y desarrollo tecnológico en la exploración espacial.
Con su ambicioso programa Artemis, la NASA espera continuar liderando la exploración espacial y establecer una presencia sostenible en la Luna en las próximas décadas.
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