El increíble caso del niño que nació con una segunda cabeza, la cual sentía y pensaba de forma independiente. Vivió hasta los 4 años

Este tipo de malformación es extremadamente rara y ocurre aproximadamente en 2 a 3 casos por cada 5 millones de embarazos. La mayoría mueren al poco tiempo, pero el caso de este niño es fascinante para la ciencia ya que vivió hasta los 4 años con ambas cabezas.

El niño de dos cabezas: un caso único

Este niño, cuyo nombre se desconoce, nació en el año 1783 en el seno de una familia campesina hindú en una remota aldea de la India, según detallan los registros históricos. Al momento de su nacimiento tal fue la sorpresa (y el susto) que la comadrona que atendió el parto lanzó el recién nacido al fuego, pero pudo ser rescatado a tiempo.

Está extraña malformación recibe el nombre de “Craniopagus parasiticus” y ocurre cuando durante un embarazo de gemelos uno de ellos queda adherido al otro feto. En este caso el bebé sano quedó con una cabeza “parásita” en sentido invertido sobre su propia cabeza.

Una vida con todas las miradas puestas en el niño de dos cabeza

Como era de esperarse, el niño nunca vivió una vida típica de un infante de su edad, sino que desde el principio fue objeto de curiosidad, repudio, temor e incluso veneración por algunos que lo consideraban la personificación de un dios.

Los padres, que eran muy pobres, al ver el interés de la gente en su niño piensan que de algún modo podrían sacarle un beneficio y deciden mudarse a Calcuta donde comienzan a cobrar por ver y tocar al bebé. Incluso algunas personas de dinero pagaban por exhibiciones privadas en sus casas donde lo examinaban.

Una segunda cabeza a medio desarrollar

Este caso es fascinante porque según la documentación existente se sabe que la segunda cabeza estaba casi desarrollada por completo. La lengua era de dimensiones más cortas de lo normal, los ojos y las orejas estaban a medio desarrollar y la mandíbula presentaba malformaciones.

Ilustración niño de bengala con dos cabezas
Ilustración niño de bengala con dos cabezas. Créditos: Everard Home.

El cerebro estaba completo y en el lugar donde debería comenzar el cuello tenía unas masas que probablemente eran el corazón y los pulmones que no llegaron a desarrollarse.

Según testimonios de médicos que habían visto al niño con vida, cada cabeza respondía de forma independiente a los estímulos. Cuando el niño lloraba, la segunda cabeza no lo hacía, o cuando dormían no lo hacían al mismo tiempo.

El primer caso conocido y documentado de Craniopagus parasiticus

El niño de bengala murió a la temprana edad de 4 años pero no a causa de complicaciones con su segunda cabeza, sino por una mordedura de una cobra. De este modo llegó a su fin una vida que desde su nacimiento estuvo en el ojo público.

A su muerte varios coleccionistas y médicos quisieron pagar a los papás del niño para poder quedarse con el cuerpo pero los padres no accedieron y prefirieron enterrarlo. Sin embargo, el cuerpo fue desenterrado y pasó de mano en mano hasta llegar al Museo Hunterian de Glasgow (Escocia), donde el cráneo se exhibe actualmente.

Cráneo del niño de dos cabezas de Bengala
Cráneo del niño de dos cabezas de Bengala expuesto en el Museo Hunterian de Glasgow. Créditos: Hunterian Museum.

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