El joven antropólogo era amante de la naturaleza y las tribus de Papúa Guinea. Desapareció a los 23 años de edad mientras entablaba comunicación con los nativos.
Una desaparición que sigue siendo un gran misterio
La historia de Michael Clark Rockefeller es una de las leyendas más enigmáticas y misteriosas de la exploración moderna. Este joven antropólogo y miembro de la célebre y famosa familia Rockefeller desapareció en circunstancias misteriosas en Nueva Guinea el 19 de diciembre de 1961 mientras compartía con la tribu Asmat, dejando tras de sí un sinfín de teorías y especulaciones sobre su destino.
A lo largo de los años, se han formulado diversas hipótesis sobre su desaparición y muerte, lo que ha dado lugar a un enigma sin resolver que sigue intrigando a investigadores y entusiastas de la historia. ¿Fue asesinado y luego devorado por la tribu?
Michael Rockefeller fue un apasionado por la antropología que nació en cuna de oro
Michael Clark Rockefeller nació el 18 de mayo de 1938 en Nueva York, en el seno de la influyente familia Rockefeller. Como hijo de Nelson Rockefeller, quien más tarde se convertiría en el 41º Vicepresidente de los Estados Unidos, Michael creció en un entorno de privilegio y riqueza.
A pesar de su linaje privilegiado, Michael Clark Rockefeller eligió seguir una carrera en la antropología. Se graduó en la Universidad de Harvard en 1960 y, en el mismo año, decidió embarcarse en una expedición a la región de Asmat, en la parte occidental de Nueva Guinea.
Su objetivo era estudiar la cultura de esta tribu, conocida por su arte de talla en madera y por prácticas ceremoniales únicas.
El trágico momento de la desaparición de Michael Rockefeller
La expedición de Michael a Nueva Guinea comenzó con entusiasmo y determinación. En el mes de octubre de ese año llegaron a visitar hasta 13 aldeas de los Asmat, tiempo en el que el joven científico aprendió las costumbres y rituales de estos cazadores y recolectores que habitaban la zona desde hace 40.000 años atrás. En ese tiempo pudo reunir artesanías para el museo de su padre.
Sin embargo, a medida que avanzaban en su investigación, la situación se volvía cada vez más peligrosa. El 17 de noviembre de 1961, Michael y su compañero, el fotógrafo neerlandés René Wassing, se adentraron en la jungla y desaparecieron sin dejar rastro cuando la embarcación en la que se dirigían a la aldea Atsj dejara de funcionar y comenzara a hundirse.
La noticia de la desaparición de Michael Rockefeller desencadenó una intensa búsqueda. Helicópteros, embarcaciones y equipos de búsqueda se movilizaron para intentar encontrar cualquier rastro de los dos hombres. Sin embargo, la densa selva y las difíciles condiciones climáticas complicaron enormemente los esfuerzos de rescate.
Teorías sobre la desaparición de Michael Rockefeller. ¿Se lo comieron los Asmat?
Una de las teorías más impactantes y perturbadoras sobre la desaparición de Michael Rockefeller sugiere que podría haber sido víctima de canibalismo por parte de la tribu Asmat. Esta hipótesis se basa en relatos de testigos que afirmaron haber visto evidencia de canibalismo en la zona, así como en ciertos artefactos personales de Michael que se encontraron en posesión de los Asmat.
Otra teoría más plausible sugiere que Michael y René Wassing podrían haber muerto ahogados en el mar o haber sido atacados por tiburones mientras navegaban en un bote precario. La región estaba plagada de tiburones, y los peligros del mar eran conocidos por los lugareños. Esta hipótesis es la más aceptada.
Otra teoría sostiene que pudo haber decidido desaparecer voluntariamente y comenzar una nueva vida lejos de su familia y sus responsabilidades. Aunque esta teoría es menos respaldada, algunos argumentan que Michael estaba abrumado por la presión de su apellido y optó por un nuevo comienzo en la selva de Nueva Guinea.
Conclusión
A día de hoy la desaparición de Michael Rockefeller en el año 1961 sigue siendo un misterio sin resolver. A pesar de décadas de investigación y especulación, su destino (o desenlace) sigue siendo desconocido. Cada una de las teorías tiene sus partidarios y críticos, y no se ha encontrado evidencia sólida que respalde ninguna de ellas. ¿Tú qué opinas?
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