El joven que comió una babosa como parte de un reto con amigos y terminó tetrapléjico durante varios años hasta morir

Sam Ballard era un joven de 19 años lleno de vida y con un prometedor futuro en el rugby de su país (Australia). Sin embargo, una mala decisión lo llevó a cometer un acto irresponsable que lo hizo agonizar durante 8 años hasta morir.

La trágica historia de Sam Ballard

Hace unos años, una noticia conmocionó al mundo entero: un joven australiano llamado Sam Ballard quedó tetrapléjico después de comer una babosa en una apuesta durante una fiesta. Este trágico incidente no solo tuvo un impacto devastador en la vida de Sam, sino que también suscitó reflexiones profundas sobre la importancia de las decisiones que tomamos y las consecuencias que pueden tener.

El joven que comió una babosa como parte de un reto con amigos y terminó tetrapléjico durante varios años hasta morir
En 2010 y con 19 años, Sam Ballard era un joven lleno de vida cuyo futuro parecía prometedor.

Sam Ballard era un joven lleno de vida, con sueños y aspiraciones como cualquier otro. Sin embargo, su vida daría un giro inesperado en una noche fatídica que marcó su destino para siempre.

Era 2010 y en una reunión nocturna con un grupo de amigos les pareció “cool” proponer un reto que consistía en comer una babosa que vieron en el jardín. Luego de comer el animal, Sam contrajo el gusano parasitario conocido como Angiostrongylus cantonensis, el cual vive en ratas y suele ser transmitido a caracoles y babosas.

Una fatídica decisión que cambió su vida para siempre

El parásito, también conocido como gusano pulmonar de rata, normalmente suele infectar a los roedores pero también llega a babosas y caracoles si consumen las heces de estos animales. Al parecer esto es lo que pasó con Sam.

Tras ingerir la babosa, Sam comenzó a experimentar síntomas preocupantes que, en cuestión de días, se agravaron drásticamente. Los médicos diagnosticaron una infección grave causada por un parásito que se encontraba en el cuerpo del molusco. Esta infección, conocida como meningitis eosinofílica, tuvo consecuencias catastróficas para la salud de Sam.

La enfermedad provocó una inflamación en su cerebro que lo dejó tetrapléjico, confinado a una silla de ruedas y dependiente de cuidados constantes para realizar las actividades más básicas.

El joven que comió una babosa como parte de un reto con amigos y terminó tetrapléjico durante varios años hasta morir
Sam Ballard junto a su madre Katie.

Una lucha difícil durante varios años

A pesar del devastador diagnóstico, Sam y su familia se enfrentaron a la situación con valentía y determinación. A lo largo de los años, se embarcaron en un arduo camino hacia la aceptación, adaptándose a los nuevos desafíos que la tetraplejia implicaba. Sam, a pesar de sus limitaciones físicas, demostró una fortaleza interior impresionante y una actitud positiva ante la vida.

Si bien sus facultades mentales no habían sido afectadas en casi nada, su calidad de vida y aspecto físico sufrió un deterioro constante a lo largo de los años. Sufría convulsiones, se alimentaba a través de tubos y no podía separarse de su silla de ruedas.

El final de un luchador que nunca perdió las ganas de vivir

Pasaron ocho largos años en los que Sam contó con todo el apoyo de su familia y amigos para sobrellevar la difícil situación, hasta que en noviembre de 2018 finalmente murió por complicaciones simultáneas en su salud. El joven estuvo hasta el último momento rodeado de los seres que más quiso a lo largo de su vida.


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