Síndrome de fermentación automática: Cuando tu cuerpo te emborracha con su propio alcohol

Los casos son pocos, pero no aislados. Quienes lo han padecido presentan síntomas de una borrachera típica: euforia, desinhibición, irritabilidad, vómitos, etc. aunque sin haber probado una sola gota de alcohol.

Emborracharse sin haber consumido ni una sola cerveza

Una de las personas que sufría de este particular síndrome era un hombre que casi se mete en problemas con la ley cuando fue arrestado por conducir “bajo los efectos del alcohol”. Él aseguraba a los oficiales que no había ingerido ni una sola gota de ningún licor pero el alcoholímetro marcaba que tenía mucho más alcohol en la sangre del permitido.

El hombre sufría de mente nublada, mareos, confusión, disminución de los reflejos, entre otros síntomas típicos de la intoxicación por alcohol (borrachera).

Las sensaciones son las mismas de una borrachera típica pero sin haber consumido una sola gota de alcohol.

Al principio los médicos que lo estaban evaluando no creían que presentara la sintomatología propia de la embriaguez pero sin haber consumido ni una gota de alcohol, incluso se le administró antidepresivos y terapia psicológica, lo que evidentemente no mejoraba en nada la situación. Pasaron unos tres años hasta que finalmente se le diagnosticó correctamente.

¿Qué es el síndrome de fermentación automática o “autoembriagamiento”?

Se trata de una peculiar condición donde el mismo cuerpo del paciente produce alcohol en cantidades altas, que luego viajan por el torrente sanguíneo y literalmente emborrachan a la persona. La parte exacta del cuerpo donde se produce este alcohol es el intestino a causa de la ingesta de carbohidratos.

El hombre había tenido previamente una exposición excesiva a antibióticos que alteró el equilibrio de la microbiota (bacterias y hongos) que naturalmente habitan en el intestino. Dichos antibióticos provocaron un crecimiento anormal de los hongos Candida glabrata y Saccharomyces cerevisiae, el último asociado a la fermentación para producir algunos tipos de cerveza.

Respecto al caso de este paciente en particular, su tratamiento consistió en la aplicación de antifúngicos y una dieta baja en carbohidratos. Al cabo de un año y medio no tenía ninguno de los síntomas previos.

¿Qué factores pueden provocar el síndrome de fermentación automática?

Ya dijimos que el caso de “autoembriagamiento” en este paciente fue por el uso de antibióticos, pero además existen otros factores que pueden incrementar el riesgo. Por ejemplo las personas que sufren el síndrome de colon irritable, la enfermedad de Crohn o quienes tienen el sistema inmune debilitado.

Pero además la diabetes o incluso la obesidad pueden representar un factor de riesgo debido a la prescripción médica la cual podría alterar la microbiota intestinal y producir una proliferación de hongos superior a la habitual.

Los riesgos del síndrome de fermentación automática

Además de toda la sintomatología que nos recuerda a la intoxicación etílica común (borrachera) y los factores que pueden contribuir a la fermentación automática, hay algunos riesgos implícitos que es bueno conocer. Para la persona que sufre de fermentación automática, tener episodios constantes del síndrome puede llevarlo a una fatiga crónica, lo que trae como consecuencia baja productividad, ansiedad, y hasta depresión. Las relaciones interpersonales con su entorno también podrían verse afectadas.

Las relaciones de la persona que sufre síndrome de fermentación automática con su entorno podrían verse afectadas.

También está asociado a una mayor probabilidad de sufrir accidentes domésticos, laborales o automovilísticos. Una persona con fermentación automática podría fácilmente perder el equilibrio o la orientación y caerse en su casa o trabajando, lo mismo una persona que está conduciendo, provocando así un accidente que puede llevar a problemas legales graves.

¿Es fácil diagnosticar si una persona sufre del síndrome de fermentación automática?

Su diagnóstico no es sencillo. Para poder llegar a él con precisión se necesita una serie de pruebas y análisis descartando otras afecciones.

Lo primero es estudiar la historia clínica del paciente y analizar cada uno de los episodios del síndrome que tuvo, además de ello lo primero que se puede pedir es un análisis de sangre y de heces. También es posible que el médico solicite una colonoscopía o endoscopía para observar el tuvo digestivo por dentro.


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