El emperador que luego de ganar una batalla hizo dejar ciegos a 15.000 soldados enemigos y los mandó de regreso a casa sin ojos

Sabemos bien que durante una guerra las partes involucradas son capaces de cometer todo tipo de atrocidades con sus enemigos derrotados, pero lo que hizo Basilio II está sin duda alguna a otro nivel de sadismo.

El poder y la brutalidad del Imperio Bizantino

El emperador Basilio II, apodado el Matador de Búlgaros, gobernó el Imperio Bizantino desde el año 976 d.C. hasta su muerte en el año 1025 d.C. Su reinado fue marcado por una política militar agresiva y expansionista, que llevó al imperio a alcanzar su máximo poder territorial desde los tiempos de Justiniano.

Emperador Basilio II y ejército de ciegos
Representación del emperador Basilio II.

Basilio II buscaba restaurar la grandeza del imperio, y para lograrlo, se embarcó en numerosas campañas militares, entre las que destaca la guerra contra el Primer Imperio Búlgaro.

Durante su reinado, Basilio II se enfrentó en varias ocasiones al zar búlgaro Samuel, en una lucha encarnizada por el control de los Balcanes. Uno de los eventos más notorios de este conflicto fue la Batalla de Kleidion, que tuvo lugar en el año 1014. En esta batalla, Basilio II logró una victoria decisiva sobre las fuerzas búlgaras, capturando a cerca de 15,000 soldados enemigos.

La brutal represalia: Los 15,000 soldados búlgaros ciegos

La represalia de Basilio II contra los prisioneros búlgaros después de la Batalla de Kleidion es uno de los episodios más infames de su reinado. Basilio II ordenó que todos los soldados búlgaros capturados fueran cegados, dejando a uno de cada cien hombres con un solo ojo para guiar al resto de vuelta a su líder, Samuel.

Esta acción brutal tenía como objetivo enviar un mensaje claro de la brutalidad del poder bizantino y disuadir futuras rebeliones.

Basilio II contra los búlgaros
Ilustración de Basilio II y su ejército contra los búlgaros.

El historiador bizantino Juan Escilitzes registra este acto con detalles impactantes, describiendo cómo los soldados búlgaros, tras ser cegados, fueron liberados con un solo ojo cada cien hombres. Es decir, por cada 100 soldados, 99 eran cegados por completo y al último hombre solo le dejaban un ojo bueno.

Esta táctica, aunque extremadamente cruel, tuvo un impacto psicológico profundo en el pueblo búlgaro y en otras potencias vecinas, consolidando el dominio de Basilio II sobre la región. Fue tal el impacto para Samuel de Bulgaria que murió de un infarto al ver a sus soldados cegados.

Contexto histórico y significado de la batalla

La Batalla de Kleidion fue un punto de inflexión en el conflicto entre el Imperio Bizantino y el Primer Imperio Búlgaro. La victoria de Basilio II aseguró la supremacía bizantina en los Balcanes durante décadas, y el castigo despiadado envió un mensaje claro sobre la brutalidad del emperador hacia aquellos que se atrevieran a desafiar su autoridad.

La ceguera de los 15,000 soldados búlgaros no solo fue un acto de represalia, sino también una estrategia política destinada a desmoralizar a las fuerzas enemigas y consolidar el control bizantino sobre la región.

En última instancia, el legado de Basilio II es un recordatorio de los desafíos inherentes al ejercicio del poder y la inevitable tensión entre la gloria militar y la humanidad en la historia de los imperios. Su reinado, aunque lleno de triunfos militares, también está marcado por actos de brutalidad que perduran en la memoria colectiva, sirviendo como un recordatorio de las complejidades y contradicciones de la historia humana.


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