Esta mujer escocesa pudo oler el Parkinson en su esposo años antes que se lo diagnosticaran. Los médicos quedaron asombrados

Joy Milne, una mujer escocesa común, descubrió una habilidad extraordinaria que está revolucionando la detección temprana del Parkinson. Su asombroso sentido del olfato le permite identificar la enfermedad incluso antes de que los síntomas sean evidentes para los médicos.

El descubrimiento fortuito de un superpoder olfativo

La historia de Joy Milne comenzó de manera casual. En una cena con su esposo, un dermatólogo especializado en enfermedades del Parkinson, notó un olor peculiar en la piel de algunos de los invitados. Más tarde, se enteró de que aquellos individuos olían de manera similar a su esposo, quien fue diagnosticado con Parkinson años después de esa cena.

Joy Milne la mujer que detecta enfermedades con el olfato
Joy Milne junto a su esposo.

Pero a pesar de la sorpresa Milne asegura que desde niña ya tenía un agudo sentido del olfato, aunque jamás se imaginó que al punto de poder oler enfermedades. Por ello luego de hacerse exámenes descubrió que padece de hiperosmia, que significa un aumento significativo de la sensibilidad olfatoria. Pero además es sinestésica, que es cuando existe una conexión entre dos o más sentidos (puedes oler en colores o saborear cuando tocas un objeto).

Dicho por la propia Milne: “En lo que a los olores se refiere, estoy a medio camino entre el ser humano y el perro”. Para ella las personas con alzhéimer le huelen a pan de centeno, la diabetes le huele a laca de uñas dulzona, el cáncer a setas, la tuberculosis a cartón mojado.

Esta conexión olfativa la llevó a preguntarse si podría haber una relación entre el olor y la enfermedad, una idea que parecía descabellada en ese momento. Sin embargo, su intuición la impulsó a investigar más a fondo.

Tras la muerte de su esposo y varios años de investigación personal, Joy Milne decidió contactar a investigadores de la Universidad de Edimburgo para compartir sus observaciones. Inicialmente, los científicos dudaban de la validez de sus afirmaciones, pero accedieron a realizar un experimento.

Joy Milne la mujer que puede oler enfermedades
Tras haber quedado asombrados, los científicos accedieron a realizarle pruebas para probar su “super sentido”.

Quedaron sorprendidos cuando Joy identificó correctamente a los pacientes con Parkinson simplemente por el olor de sus camisetas. Este descubrimiento marcó el inicio de una colaboración única entre Joy y el equipo de investigación, abriendo nuevas posibilidades en la detección precoz de esta enfermedad neurodegenerativa.

El fenómeno del olor del Parkinson y su potencial diagnóstico

La capacidad de Joy Milne para detectar el olor distintivo del Parkinson plantea importantes interrogantes sobre la naturaleza de la enfermedad y sus manifestaciones físicas. Aunque el olor específico aún no ha sido identificado, los investigadores creen que podría estar relacionado con cambios bioquímicos en el cuerpo asociados con el Parkinson.

Estos cambios podrían afectar la composición química del sudor, la grasa y otras secreciones corporales, creando un aroma único que personas como Joy Milne pueden percibir de manera inconsciente.

Esta peculiar habilidad no solo ofrece una nueva forma de diagnóstico, sino que también sugiere la posibilidad de identificar la enfermedad en sus etapas más tempranas, cuando los tratamientos pueden ser más efectivos.

Los estudios preliminares han demostrado que Joy puede distinguir entre personas con Parkinson y aquellos sin la enfermedad con una precisión asombrosa, incluso cuando los síntomas motores aún no son perceptibles para los médicos.

Implicaciones futuras y desafíos en la investigación

El descubrimiento generó entusiasmo en la comunidad científica y médica, pero también plantea desafíos significativos en términos de investigación y aplicación clínica. Es fundamental identificar los compuestos químicos responsables del olor característico del Parkinson para desarrollar pruebas de detección más específicas y precisas. Este proceso requiere un enfoque interdisciplinario que combine la bioquímica, la neurociencia y la investigación clínica.

Además, es necesario validar y estandarizar los métodos de detección basados en el olfato para garantizar su fiabilidad y reproducibilidad en entornos clínicos. Esto implica realizar estudios a gran escala que confirmen la eficacia de esta técnica en diversas poblaciones y etapas de la enfermedad.