Científicos reviven un virus que estaba congelado desde hace 48.500 años en el permafrost del Ártico

El virus que ha sido revivido es hasta ahora el más antiguo, y su estudio podría ser importante para evitar futuras pandemias. Sin embargo no deja de causar cierto temor por el desconocimiento de estos patógenos y sus efectos.

Los efectos del calentamiento global en todo el mundo se evidencian cada vez con más intensidad, ya no son eventos que veíamos lejanos a futuro sino que está ocurriendo aquí y ahora mientras lees este artículo. Algunos efectos graves son, por ejemplo, la subida del nivel del mar, las temperaturas extremas, la crisis del agua y una menos conocida, el derretimiento del permafrost.

¿Qué es el permafrost y cuál es su importancia?

Se refiere a capas de suelo permanentemente congelado que contienen hielo, rocas y materia orgánica congelada durante miles de años.

bloque de permafrost
El permafrost es como una “cápsula del tiempo natural”.

Este suelo congelado es tan frío que incluso en los veranos más calurosos no se descongela completamente. Actúa como una especie de congelador gigante o “cápsula del tiempo”, preservando restos de plantas y animales que vivieron hace mucho tiempo. Pero además también conserva virus antiguos perfectamente preservados en congelamiento.

Científicos reviven 5 familias de virus congelados

El responsable de esta investigación es el profesor emérito de medicina y genómica, Jean-Michel Claverie, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Aix-Marseille en Marsella, Francia. Él, junto a su equipo, lograron “resucitar” unas cinco familias diferentes de virus encontrados en muestras recogidas del permafrost siberiano.

Virus descubiertos en el permafrost
Virus descubiertos en el permafrost. Créditos: Jean-Michel Claverie, Universidad de Aix-Marseille en Marsella, Francia.

Estos virus se sabe que son infecciosos para las amebas unicelulares, más no para animales o plantas, algo que nos da cierta tranquilidad (de momento). De entre todas las muestras, una era particularmente antigua, de hace 48.500 años. Pro haber revivido estos virus tiene un propósito científico, evaluar los riesgos presentes en el derretimiento del permafrost a causa del calentamiento global y la posibilidad de que reviva algún patógeno peligroso para la humanidad.

“Afortunadamente, podemos esperar razonablemente que una epidemia causada por una bacteria patógena prehistórica revivida pueda controlarse rápidamente con los antibióticos modernos de que disponemos…” Escribieron los autores en un estudio publicado en la revista Viruses. Pero no subestiman el temor de que resurja algún virus para el cual no dispongamos de un tratamiento disponible.

Reviviendo “virus gigantes” de hace miles de años

Claverie y su equipo centran su campo de estudio en los llamados “virus gigantes”, los que se pueden ver a través de un telescopio de luz normal y no uno electrónico. Esto hace que revivirlos sea más sencillo. De hecho el investigador revivió ya en 2014 un patógeno de hace 30.000 años que volvió a ser infeccioso tras volver a la vida, aunque es importante especificar que se trata de virus que solo pueden atacar a amebas unicelulares, por medidas de seguridad (nadie quiere otra pandemia tan pronto).

Los patógenos más antiguos son de una muestra obtenida de tierra extraída de un lago subterráneo, a 16 metros por debajo de la superficie. Además, la muestra de virus más joven tiene “solo” 27.000 años y proviene del estómago de un mamut lanudo. ¡Fascinante!

El deshielo del permafrost, un peligro latente

Pero el deshielo en el permafrost a causa del calentamiento global ya ha dado problemas en el pasado, sin ir muy lejos podemos recordar lo ocurrido en el año 2016, en la Siberia. En ese momento el deshielo provocó que “resurgiera” el cadáver descompuesto de un reno muerto hace 75, el cual causó un brote mortal de ántrax que dejó 21 personas infectadas, entre ellos un niño que falleció.

cadáver de un reno que murió hace 75 años
Un deshielo del permafrost en 2016 dejó al descubierto el cadáver de un reno que murió hace 75 años.

El brote de 2016 se habría registrado en comunidades de pastores nómadas que, aparentemente, se contagiaron al estar en contacto con renos enfermos o alimentarse con su carne. En total murieron 2.300 renos.

Aún quedan virus por descubrir en el permafrost

El científico a la cabeza de esta investigación resalta la importancia de ser conscientes sobre todos los posibles virus y otros agentes que permanecen “dormidos” en el permafrost por miles y miles de años, como si se tratara de una cápsula del tiempo”, y que con la constante subida de temperaturas en las regiones árticas a causa del calentamiento global, podrían despertar y volver a ser infecciosos.

Frente una situación como esa, es muy probable que nuestro sistema inmunológico y nuestro cuerpo en general no estén preparados para luchar contra esas infecciones ya que no ha estado en contacto con ellas hace miles y miles de años. Justamente ahí radica la importancia de estudiar los virus antiguos presentes en el permafrost de manera preventiva.


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