Una startup ha elaborado una albóndiga de carne de mamut con la secuencia genética del animal, pero no es apta para el consumo

La compañía llamada Vow ha empleado la secuencia genética del paquidermo ya extinto y ha “rellenado” los vacíos con genoma de elefante africano, su pariente vivo más cercano. El resultado ha despertado todo tipo de opiniones.

El permafrost: una puerta abierta al pasado

En las vastas extensiones del permafrost ártico, los científicos han realizado descubrimientos extraordinarios que han revolucionado nuestra comprensión de la historia y la biología. Periódicamente, emergen restos de mamuts lanudos con su piel y tejidos prácticamente intactos, proporcionando una ventana única al pasado distante de la Tierra.

Una startup ha elaborado una albóndiga de carne de mamut con la secuencia genética del animal, pero no es apta para el consumo
El final de los mamuts comenzó hace aproximadamente 21.000 años tras el último máximo glaciar y los últimos individuos vivieron hace unos 4000 años.

Estos descubrimientos han permitido a los investigadores secuenciar el genoma de estos colosos extintos de la Edad de Hielo, arrojando luz sobre su anatomía, comportamiento y entorno.

Carne de mamut cultivada en un laboratorio

La startup Vow, con sede en Australia, están utilizando la secuencia genética del mamut lanudo para producir productos cárnicos que desafían los límites de la imaginación. Este avance tecnológico representa un hito en la intersección entre la biología, la ingeniería y la sostenibilidad, ofreciendo nuevas perspectivas sobre el futuro de la alimentación humana y la conservación del medio ambiente.

Vow, empresa líder en el cultivo de carne, ha dado un paso audaz al crear lo que describe como una “albóndiga de carne de mamut“. Este proyecto innovador tiene como objetivo destacar el potencial de la carne cultivada para abordar los desafíos ambientales asociados con la producción de alimentos a escala global.

¿Cómo se desarrolla la carne de un animal extinto?

Al identificar la secuencia de ADN de la proteína mioglobina (encargada de dar color, sabor y textura a la carne) del mamut lanudo, pudieron completar los vacíos genéticos con fragmentos del genoma del elefante africano, el pariente vivo más cercano. Posterior a eso insertaron este gen sintetizado en una célula madre de oveja precursora del músculo utilizando una descarga eléctrica y dando lugar a la multiplicación controlada de tejido muscular en el laboratorio.

Una startup ha elaborado una albóndiga de carne de mamut con la secuencia genética del animal, pero no es apta para el consumo
Si bien la albóndiga de mamut no es apta para el consumo, su finalidad es aún más importante: tomar consciencia sobre los desafíos ambientales que enfrentamos en la actualidad.

Aunque el resultado final aún no es adecuado para el consumo humano, este logro representa un hito significativo en el desarrollo de alternativas sostenibles a la producción convencional de carne. La “carne de mamut” de Vow no solo despierta la imaginación, sino que también plantea importantes cuestiones éticas y medioambientales sobre el futuro de la alimentación.

Perspectivas para una revolución alimentaria sostenible

El enfoque de Vow en el mamut lanudo como fuente de inspiración para la carne cultivada no es simplemente una elección arbitraria, sino un comentario elocuente sobre los desafíos ambientales y sociales que enfrentamos en el siglo XXI.

A medida que la crisis climática y la presión sobre los recursos naturales continúan aumentando, la necesidad de adoptar prácticas alimentarias más sostenibles se vuelve cada vez más urgente.

La carne cultivada tiene el potencial de transformar radicalmente la forma en que obtenemos nuestros alimentos, reduciendo la dependencia de la agricultura animal intensiva y mitigando los impactos ambientales asociados.

Al evitar la necesidad de sacrificar animales para la producción de carne, esta tecnología promete abordar directamente uno de los principales impulsores de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Con un enfoque renovado en la innovación y la colaboración entre disciplinas científicas, la carne cultivada podría allanar el camino hacia un sistema alimentario más justo, sostenible y resiliente para las generaciones futuras.


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